La vida es una película. Dirígela bien.
17. may., 2022
Una de las citas más célebres de Borges es la que afirma que leer, amar y soñar son verbos que no soportan el modo imperativo. Y pensando
en las similitudes de estas tres palabras, me di cuenta de que también tienen en común el factor ‘encuentro’. Los mejores libros, los mejores amores y los mejores sueños son los que llegan sin buscarlos. Y son también
los que nos plantean todas las preguntas empezando por un enorme "¿POR QUÉ?" pero a la vez nos ofrecen las respuestas más demoledoras. Esas que no nos atrevemos a decir en voz alta porque nos asusta la certeza que sentimos en el pecho.
Leer, amar y soñar se superponen porque cuando perseguimos un sueño o nos enamoramos de alguien es posible que lo que esté ocurriendo es que nuestras almas estén ‘leyendo’ el mapa de nuestro destino. Y, definitivamente,
no pueden conjugarse en modo imperativo... porque cuando tropezamos con ese libro, con esa persona o con ese sueño, lo único que existe es un presente continuo y un encuentro con el infinito.
María Pérez © 2020
Fotografía: Pablo Llácer © 2018
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